sábado, 14 de enero de 2017

Intención amarrada

Muchos vieron caerse la armadura;
siempre con la intención está amarrada,
y se descubre insólita figura
de secretos colmada, abarrotada.

¡Cómo confiaba, insana vestidura!
Llegaba adondequiera con la espada
bien ajustada, fuerte en la cintura;
celaba demasiado la afilada.

Cuando vino atacarle, el rival quiso
echar de lado gruesa la coraza,
sorprendido quedó sin previo aviso.

Fue despojado así, y al ver lo expuesto;
sintió el burgo grave la amenaza
de quien por largo rato creyó modesto.

Julio Medina
14 de enero del 2017


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