lunes, 2 de julio de 2018

No me apartes de tu presencia


No me apartes de tu presencia
ni me quites el Espíritu Santo,
me he alejado de todas mis transgresiones
para cobijarme bajo tu glorioso manto.

A tu llamado he venido convencido,
entendiendo del evangelio su poder,
reconociendo en Jesucristo, a tu hijo
como su siervo estoy dispuesto a obedecer.

Es muy poco lo que tengo que ofrecerte
comparado a la grandeza de tu amor,
quizás mi fe sea tan poca para yo tenerte
dentro de mi contristo corazón.

Eres Dios fuerte, y es inmenso tu poder,
y sé que harás de mí
un montón de maravillas,
en tus manos he de ser edificado;
ante ti estaré para siempre de rodillas.

Siendo tú el alfarero de lo imposible;
-de piezas rotas haces nuevo corazón-,
es tu verdad de mi pensar el combustible
que me conduce hasta ti…
sin preocupación.

JM.

2 de julio del 2018

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