De la efigie de sal y de arena
en un remoto paraje baldío en la sequedad,
donde la roca áspera el tiempo cercena
con silencio tenebroso y frígido sale soledad.
Domina el territorio desplegando miedo
con la bandera insignia de inseguridad,
en almas perdidas sumidas al ruedo
de una manifiesta intranquilidad.
Farsante deidad el alma desnuda
por siglos enteros en el ámbito terrestre,
la buenaza finge con la sangre cruda
de lluvia caída carente de lustre.
Te lleva a perderte en la cripta tortuosa
allí la salida su guardián la oculta,
mientras poco a poco la astucia alevosa
de la soledad el sentimiento sepulta.
Quiebra los espacios de toda memoria
borrando el recuerdo, sellando el olvido,
al corazón deja cual si fuera escoria,
secándole la historia así lo ha vencido.
Como esfinge surge de entre su guarida
atrapándole el espíritu a los decaídos,
para desmenbrarlo, la muy atrevida
y dejarle el pensamiento confundido.
Julio Medina
30 de abril del 2014
sale soledad -
(c) -
Julio Medina
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