Tu pelo largo, esponjoso me tienta la piel
dejando suavidad de incomparable sutileza,
tersura erizada ¡ese escalofrío hace sentirme infiel,
y plácido, ha metido en mis sentidos su agudeza!
¡Y su latir siento dentro del alma alterada!...
¡¡Ese pelo, ese aroma, yo lo huelo, lo respiro,
y descansando entre las nubes y la almohada
me tienta tanto, ese cabello sedoso es deliro!!
Entre mis manos lo arrullo y su hechizo acaricio....
Y lo estrujo en la piel escurriéndome hasta tu cuello,
donde el eje de los sueños se ha ido, y un artificio
de las noches solitarias ronda sin destello.
Las caricias de tu pelo conciben ficción,
y la existencia defectuosa queda sumida
a los reflejos sobrados de la imperfección
cuando la ufana realidad en nada intimida.
Julio Medina
27 de marzo del 2012
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