se derrama en la frontera
de tierras que ni siquiera
la consigna es verdadera.
Mi bandera ondea atada
en su cielo es prisionera,
su libertad aplastada
como cebo en madriguera.
La sangre de mi bandera
no es una sangre cualquiera,
tres razas que Dios uniera
y la boricua naciera.
Si mi bandera supiera
que la opresión nos persigue,
las ataduras rompiera
con esa sumisión a quien sigue.
Julio Medina
11 de abril del 2012
No hay comentarios.:
Publicar un comentario