Ayer te perseguía adonde quiera que ibas,
decías no estar de mí enamorada.
Reflexiones del ayer, mujer atractiva,
las mencionas hoy, pero estás equivocada.
Pero ayer de ti me brindabas todo,
el afecto no realizado pendiente estaba en la mente.
Ayer me caí muy bajo, tú me sacaste del lodo.
Pensaba que ya nada importaba ni lo que dijera la gente.
Hoy quisiera que ese ayer no partiera,
que en el tiempo se quedara detenido.
Si la esperanza que me diste se cumpliera,
mas ahora no me sientiera así, abatido.
Las acciones dicen más que las palabras,
y las tuyas siempre fueron mi defecto.
No trates de ocultar que en el corazón labras
sentimientos hacia mí llenos de afecto.
El ayer, ese pasado ya no existe,
se llevó las ilusiones que iluminaban mi estrella.
En el presente agónico, desapercibido y triste,
desesperado porque no la tengo a ella.
Julio Medina
4 de octubre del 2011
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