Lo siento, sé que mí te vas,
este inicio frustrado es una barbaridad,
y más nunca volverás,
el amor queda en disparidad.
¡Ahora quizás quieras odiarme,
y le dirás a todos que jugué contigo!
¿Sabías que a tu amor quise acercarme?
La dejadez fue mi delito y mi castigo.
Pero nunca hiciste tu parte,
no solo al hombre le corresponde seguir al amor,
anhelaba buscarte,
entregarme a tus brazos fue cautivador.
No me odies, no existe razón para hacerlo,
los hombres y las mujeres tenemos defectos,
el amor llega, y se va, todos deseamos tenerlo,
por quererte de lejos confundió el trayecto.
¡Hay tantas tentaciones en la ausencia y el olvido!
Son espejismos que interfieren el idilio
sorprendiendo al corazón distraído,
y lo van dejando herido, pidiendo auxilio.
Pero más no te puedo decir,
ya nada se puede remediar,
sé feliz, busca otra manera de vivir,
el destino no se puede cambiar.
Julio Medina
10 de octubre del 2011
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