La oscuridad en el cielo es eterna
del firmamento desapareció la estrella,
en la penumbra era la luz suave y tierna
iluminaba mis noches de amor con ella.
En el farol del recuerdo el tuyo luce apagado
donde tengo el secreto de tu amor guardado,
liando encantos de un corazón enamorado
que le daban a mi vida el sentido anhelado.
Se ha detenido la noche y ausente de ti sigo
sin el querer de la mujer encantadora,
aunque el hechizo de tu amor sigue conmigo
como una delicia fiel que me devora.
Pienso, solo en ti puedo pensar.
¡Con quién más puedo soñar!
Si es que no logro dejar
de sentir el latir de tu corazón acabar.
Fortuna adversa, fiera ansiedad la que apresura
el percance insólito que me golpea y me abrume,
abre en el alma una profusa abertura
por donde escapa el dolor que me consume.
No te veo, no te toco, no te siento
es tu amor inevitable la fuente de mi respirar,
te necesito tanto como la lluvia suspira por el viento,
pasar otra noche sin ti, no podría despertar.
Julio Medina
22 de agosto del 2011
RESPIRAR -
(c) -
Julio Medina
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