¿Adónde llevas mi amor cuando sales?
¿Qué haces con él, si otros murmuran
palabras de las que ya sabes?
Solo quiero cuidarte de esos males;
esos ojos codiciosos
por tus encantos deliran.
¡Oye!
No voltees a mirarlos,
o caerás de bruces
en sus mal
intencionadas garras;
y después…
¡Y después será difícil
soltar amarras!
A todos esos remos astillas le han salido,
serán
tiempos difíciles para ti,
cada vez que con ellas te hinques,
te acordarás de mí.
Y yo estaré aquí al pie
de tu ventana
contemplando el paso de tu andar equivocado,
persistente, seguido;
y te preguntarás ¿por qué tanto vigilo?
¡Y querrás saber cuánto te he volteado!
Pero nada te diré…
No quiero que sepas como ni porque
mi amor extravió las
alas,
sino la razón de haberse
por ti desvivido.
Julio Medina
30 de agosto del 2015
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