Dueña de mí el corazón te sonríe
mientras yo tiemblo al sentir tanta alegría,
tienes completo lo que mi alma exige,
vivo este sueño, el que antes ni creía.
¡Soy como un pez volando entre las nubes!
Dueña de mí con tu ternura me cambiaste la vida,
solo contigo tengo lo que nunca antes tuve;
de exquisita dicha me llenaste enseguida.
Las mariposas son ahora rosas rojas
posesionadas de la pasión de este romance,
y para siempre hacen crecer el enlace
de dos corazones salidos de las congojas.
Algo de mí se va haciendo de pronto tuyo
y toda tú dentro de mi piel andas metida
tomando el amor con el que en mi pecho te arrullo...
Bella princesa, mi prometida.
Dueña de mí, de mi vida, de mi todo
eres el ángel que el cielo puso en mi camino,
sin importar dificultades ni acomodos
habrá al final la eterna unión de nuestros destinos.
Julio Medina
8 de diciembre del 2014
DUEÑA DE MÍ -
(c) -
Julio Medina
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