Mala vibra que me asecha
para meterse
a mi cabeza.
¡Cuánto cuidado tiene ese hilo,
es la atadura que me echa
hacia una nube polvorienta,
reventando
cuando el agujero empieza!
Ya el hueco negro mi sombra
tiene
atrapada en el reflejo moribundo,
succionándola
muy adentro de su garganta,
a cada segundo
muy adentro de su garganta,
a cada segundo
que la luz a liberarla
viene.
viene.
En el tendido suspendido
está
la otra parte de mi rostro,
afónico,
cruzando el horizonte ido,
mientras en la negrura me arrastro.
Sin destino final hago este viaje,
escrutando
esta opacidad oculta,
que me chupa, me traga
y me lleva
y me lleva
hasta su infinito paraje
en donde escapar no resulta;
sigo con mi sombra vagando
continuo
en este surco oscurecido
tratando, tratando...
Julio Medina
1 de octubre del 2014
CRUZANDO EL HORIZONTE IDO -
(c) -
Julio Medina
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