Me enamoré cuando la estación
dejó de ser primavera;
¡y salieron felices goteras
por la puerta amplia del corazón!
Flechado por la rosa y la azucena,
bellas flores que en mis sueños aparecen
tendiendo el olor de su delicioso aroma
dentro del tono morado que mi piel le ofrece.
Por ellas redimí el corazón de las cenizas
en el abismal inédito del mar,
allí el agua gris enarenada y movediza
lo ocultaba de quien lo fuera a rescatar.
Prendieron rosas y azucenas
en un suelo cultivado con espinas y abrojos,
formándose una comarca llena
de lindas sonrisas con labios rojos.
Dentro de ese jardín fascinante
estoy soñando deslumbrado,
entre princesas encantadas fantaseo,
ya no quiero volver a la rutina de antes.
Julio Medina
11 de septiembre del 2014
No hay comentarios.:
Publicar un comentario