Algún día volverás a pensarme,
pero esa vez no estaré ahí esperándote,
habré salido con el tiempo
a rondar el recuerdo quedado
en la avenida desierta del alma,
por donde pasan los descorazonados.
Algún día volverás a pensarme,
pero ese ayer ya no estará al alcance
de tus brazos ni de tu corazón,
se habrá escapado de tus manos
como el agua cuando se va entre los dedos,
y delante la mirada lánguida desaparece.
Algún día volverás a pensarme
como lo haces ahora
bajo la lluvia serena;
es tu castigo seguir recordando
mi amor en tu mente acusadora,
y ella la verdad te dirá
después que decidiste abandonarme.
Julio Medina
5 de enero del 2014
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