Juntemos las manos
para no dejar caer una sola gota
de este amor prohibido,
perdámonos en el rito intenso
haciéndote sentir cuando estés conmigo.
¿Para qué mirar atrás pensando en el tiempo?
-El tiempo se ha ido-, ya no volverá
a darte pasiones, aquellas fugaces
que no alimentaron el deseo hambriento,
ni las ansias escasas de ardiente calor.
Juntemos los labios, bebe de mi fuego,
-el fuego te abraza a la sed ferviente-,
que te excita el alma con esos antojos
de esa llama férrea volviéndonos locos.
Este amor voraz a los dos complace,
no gires atrás hacia el abandono,
quedémonos juntos sintiendo este enlace
en donde verán a nuestro romance
ocultado bajo el toldo arbitrario,
y para no voltear al tiempo perdono
de las trabas puestas en itinerario.
Julio Medina
17 de abril del 2013
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