Cayó una sombra de la penumbra
posándose
sobre el destello de una estrella,
pero una ráfaga de luz intensa
le dominaba
y la estrella continuaba siendo bella...
Como el cáliz de hermosas rosas
su candidez suntuosa alumbra
y arrullándose junto a la aurora
ahora descansa,
mientras la sombra avergonzada
se disipaba
ante el fulgor de la alborada.
Julio Medina
1 de diciembre del 2012
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