que separan la mirada
de esos ojitos escasos
que inspiran de madrugada;
esas pisadas que crecen
cada vez que el tiempo pasa
en la travesía se pierden
y entre tú y yo el trecho amasa;
avanzo para mermarlo
y no perder el sendero,
pero después de caminarlo
caigo en el atolladero
de la distancia que ignora
a un amor tan verdadero
y la pasión no aminora
por el corazón que quiero
al alcance de mis brazos
y aunque el traste haya asumido
sigo mimando a tus ojazos
sin importar que te hayas ido.
Julio Medina
18 de noviembre del 2012
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