Deshilo a la luna
y a cada uno de sus rayos,
recojo hilachos
y los tiro al reposo de la bruma,
entrelazando las sombras
de tantas noches sin ronda.
¡Ay, luna de primavera
tu luz menguada me asombra!
Esa añoranza importuna
que la aurora no la aguanta
y el fulgor del sol espanta.
Te veo solo en las noches
ligando en los nubarrones
y lanzas esos reproches...
Luna redonda, nueva, finita
nunca mi cielo abandones.
Brillas mística e infinita
solita en la lejanía.
¡Cuántos secretos de amores
guardas de las penas mías!
Retas la imponencia del mar
con tu timidez innata,
centelleando el espumar
surtes resplandor en plata,
y en el margen de las aguas
del crepúsculo prendido,
deambulo soso la tregua
creyendo que tú no te has ido
a contemplar a mi estrella.
¡Luna del universo entero
guía mis pasos hacia ella,
no le digas que me muero,
aunque sin su amor me vieras!
En realidad solo espero
subirla por tu escalera
para llevarla hasta el cielo.
¡Ay, luna!... Me subiré al lucero
que alumbra de madrugada
y en su luz de terciopelo
me esconderé con mi amada.
Julio Medina
13 de julio del 2012
No hay comentarios.:
Publicar un comentario