De mí se había enamorado
una amiga del vecindario,
y yo escuchaba abismado
las tristezas narradas a diario.
Ella me hablaba de amor,
y casarse quería conmigo,
pero yo sentí temor,
y solo quise ser su amigo.
Muchos ratos compartimos
en los que fuimos dichosos,
pero nunca nos decidimos
para que fuera su esposo.
Ella conoció a otro señor
en el tiempo transcurrido,
decidió darle su amor,
y yo me quedé dolido.
Muchas noches he pensado
del error a no atreverme,
perdí el amor anhelado
por miedo a comprometerme.
Julio Medina
28 de diciembre del 2012
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