Y las grises nubes han dejado
de soltar esa lluvia pertinaz, copiosa,
la tierra al mojarse estaba sedienta, ansiosa.
Se riega en el viento el aroma empapado
de humedad, en el tiempo remontado
los recuerdos dormidos en los pétalos de la rosa
despiertan al sentir la leve luz saudosa,
trae fragmentos de sucesos del pasado.
Esa lluvia atravesó los ventanales,
inundando el alma, lavando sus males,
y el oscuro pensamiento descubierto
huye despavorido, en la mente se refugiaba,
pero un fuerte golpe el perdón le propinaba,
me recordaba al abuelo en la charca del desacierto.
Julio Medina
6 de diciembre del 2011
LA LLUVIA Y LOS MALES -
(c) -
Julio Medina
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