Salí de viaje que no era de placer
deseaba la familia ver, quizás por última vez
compartir lo que en otra época no pudo ser,
nuevos tropiezos me afectaron en la vejez.
Tropezones ¡mucho tiempo han durado!
Recuerdos de la temporada que del destino nos aleja,
fantasmas persiguen sin tregua, estaba acorralado.
Sigo ese trauma sufriendo ¡el mismo no me deja!
En discordia tanto rato vivo condenado
lacerándome el alma indelebles cortaduras,
quejidos de un corazón atrabancado,
este lamento no lo escuchan en las Alturas.
¡Gritar, si, prefiero gritar
y que los gritos rompan los tímpanos del cielo!
Grito porque mi alma se quiere desbaratar
porque Dios no allana mi desconsuelo.
Julio Medina
30 de noviembre del 2011
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