Sentado observo las olas del mar
y hasta mi pensamiento tu imagen llega,
veo en la arena las marcas de un caminar
respiro tu aroma, el aire lo entrega.
¡Sorprendido, grata sorpresa
y no te advierto en el lugar!
Pero al mirar entre las olas y la bruma densa
mis ojos te logran alcanzar.
Corro por la orilla siguiendo tus pasos,
los que nunca logran detenerse,
desaparecen al comenzar el ocaso...
¡Desesperado los busco, pero ya no pueden verse!
Angustiado ante el intento fracasado
me dejo caer sobre la arena,
el agua del mar me cubría arrodillado,
mientras derramaba el dolor de las penas.
De pronto observo el mar y veo emerger una flor...
¡Una rosa blanca descansaba frente a mí en la orilla!
Su aroma me acariciaba, delicioso era su olor,
me di de cuenta que era el amor de mi chiquilla.
Mi chiquilla...
Te recuerdo silenciosa al pensar en la tristeza
que embriaga la sensación perdida,
tierna como un rayo de luz de la alborada,
corola sedosa, margarita enamorada
destilada en el umbral de mi súbita caída.
Me quedo la rosa blanca. ¡Ya no sabré lagrimear!
Cerca de mi corazón estará hasta lograr entender,
hasta que el alma abatida se deje de lamentar
y pueda volver a vivir con la ausencia de tu querer.
Julio Medina
2 de noviembre del 2011
ENTRE LA BRUMA -
(c) -
Julio Medina
No hay comentarios.:
Publicar un comentario