Con sencillez y humildad
al deporte te dedicaste
y la inspiración marcaste
en toda la humanidad.
Tu espíritu incansable
nos trajo el galardón,
de orgullo inigualable
y para Borinquén un don.
Realizaste la proeza
que nadie jamás igualó,
gracias a ti, ágil atleta
Puerto Rico la cumbre escaló.
De una humanitaria misión
El Señor te ha levantado,
dándole al mundo la visión
de la obra que has dejado.
Va tu fama universal
creando en el mundo entero,
un hombre espiritual
con un corazón sincero.
Y la Ciudad Deportiva
la cual fue tu gran proyecto,
será fuente productiva
en un sostenido trayecto.
Vives en el recuerdo de la gente
del pueblo puertorriqueño,
quienes vieron nacer en este terruño isleño
al astro boricua, Roberto Clemente.
Julio Medina
2 de enero de 1973
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