Al llegar a mi casa
allí está mi amiga,
ella me espera
llena de tristezas, amarguras y crueldad.
Se me acerca
y me dice que te olvide,
que solo piense en ella.
Ella, la que siempre me acompaña.
Entro al dormitorio, abrazo la almohada
y le pregunto con voz suave:
Hola ¿Qué tal? ¿Cómo has estado?
Pero de pronto
me doy cuenta de que estoy solo,
que ha sido un sueño,
una falsa ilusión que abraza mi vida
y en el eterno silencio me abruma.
¡Y repetidas veces me dice al oído
que te olvide, que eres un mal amor!
Con voz dulce, pero firme
trae a mi pensamiento
estos sucesos que una vez
llenaron mi vida de felicidad,
pero desvanecen como la niebla.
¡Esos recuerdos hoy me matan
y destruyen mis sentimientos!
¡Y una y otra vez me repite:
Te entregaste a un mal amor,
otra vez te has vuelto a equivocar!
Pero yo estoy aquí siempre a tu lado
porque aunque no entiendas
la causa de tu dolor
estaré tomándote de la mano,
y te acompañaré por toda la eternidad.
Me despierto, no veo a nadie
y entonces me doy cuenta de ella...
¡Quién me acompaña
es mi eterna amiga, la soledad!
Julio Medina
2003
No hay comentarios.:
Publicar un comentario