A través
de la senda extensa del ayer
has caminado,
teniendo en el corazón guardado
el secreto de un amor
en la noción del tiempo creado;
a la sensación del alma
le mantuviste sujeto.
Fue ayer
cuando en tu pecho sentías
ese intenso
palpitar complicándote la vida.
¡Y te aguantaste, y nada decías!...
¡Sufriste tanto
mirando a otras de novia vestidas!
Y tú...
Con todo ese amor dentro del cuerpo
metido,
metido,
gritándote allá adentro, alterándote
los sentidos;
los sentidos;
porque la boca callada te había
los labios unido,
los labios unido,
para no decir palabra que nunca
hubieras querido.
hubieras querido.
Solo angustia dejaba
el rastro de aquellas lágrimas
desbordadas
desde la esencia de tu alma enamorada.
El silencio fielmente
enjugaba de tus mejillas las rimas
que tristes salían
que tristes salían
por la intensidad del dolor
disparadas.
Ayer
cuando imposible era para ti,
también me amaste,
y yo ajeno,
a ese amor que en tu corazón había
desviviéndose por mí.
-¡Él qué nunca me contaste!-,
porque pensabas que lo nuestro
jamás sería.
Julio Medina
8 de abril del 2015
Y TÚ -
(c) -
Julio Medina