Ella me dijo que no desistiría
porque al final el amor había encontrado,
mas no le creía
que fuese yo ese a quien tanto ella ha esperado.
Y no veía que en sus palabras sinceras
la realidad me estaba hablando...
Le corté las alas antes de que la luna apareciera
y me cuestionara porque estaba dudando.
Pero ella no se daba por vencida
me llamaba, me buscaba, y yo en huída,
no entendía aquella mujer vestida
de tierna sonrisa y de amor incomprendida.
Le mentí... ¡Le mentía tantas veces
para quitármela de encima!
Para que junto a mí no sintiera ese dolor que lastima
de un corazón tan frío que ella no se merece.
Me escondí tras la cortina de la ausencia
donde yo la puedo ver y ella no puede encontrarme,
en este escondite de morir quiero acabarme
y que su ilusión desista al no sentir mi presencia.
Llegó un día cuando la cortina empezó a caerse
y al descubierto quedaba mi senil humanidad,
sentí unas manos frágiles tocándome en la oscuridad,
eran las de ella, quien al verme, ya no pudo contenerse.
Julio Medina
30 de julio del 2014