Una vez te dije cuanto yo te amaba,
pero nunca creíste mi aseveración.
Enamorado corrí hasta tu puerta y tocaba,
y jamás abriste el corazón.
Desde entonces, asimilo detalles tristes,
mientras allá, tú te regocijas
de la buena vida con esos matices,
gratos de los cánticos de las golondrinas.
Cada vez que demuestras el sentimiento
sale un brote asiduo mostrando disgusto
-injustificado-, pues mi pensamiento
está concentrado solo en lo que es justo.
Siempre dudas tanto estando conmigo,
y yo, ¡ya me cansé de tu desconfianza!
Un día te advertí cual sería el castigo,
y muy tarde aprendiste la enseñanza.
Es terrible ver cosas que no existen,
y leer palabras donde no han estado.
¡Ay! de ti, si esos fantasmas insisten
que sigas viviendo en un mundo falseado.
que sigas viviendo en un mundo falseado.
Julio Medina
30 de mayo del 2014
¡AY! DE TI -
(c) -
Julio Medina