Esa noche de tu boda
el cielo estaba sin luna,
pero una luz importuna
te alumbraba el cuerpo toda.
Vestías traje a la moda
reluciéndote el cabello
lo imaginada así, bello,
pero estando entre mis manos.
Este viaje tan lejano
lo he hecho pensando en ello.
Y cuanto más yo me alejo
intensos salen los celos,
socavando los anhelos
de un gastado candilejo
guardado como librejo.
Esa noche aquel arquero
vino a mí de consejero
con palabras de parola
diciendo:-Ya no está sola,
anda con un caballero.
Y ardido fui recordando
esa noche de tu boda,
donde todo se acomoda
a lo que estaba pasando.
Allí salía sobrando,
la noche que te casabas
la tristeza me embargaba
derrumbaba mi confianza,
y al perderse la esperanza
tu amor no seguí esperando.
Julio Medina
24 de febrero del 2014